El caqui, también conocido como palo santo, es
una fruta tropical que pertenece a la familia de las Ebanáceas. Existen
distintas especies de consumo, de tamaño y sabor diferenciados, entre
las que destacan; el caqui de China (D. Kaki), el de Japón (D. Lotus) y
el americano (D. Virginiana). El más cultivado es el de China, con un
peso que oscila entre los 80 y los 250 gramos en función de la variedad,
de color rojo o anaranjado o amarillo, según su contenido en carotenos,
y de pulpa anaranjada, dulce y jugosa, con un ligero regusto áspero,
según su contenido de taninos.
ORIGEN Y VARIEDADES
Este
fruto es originario de China y Japón, dónde se cultiva desde el siglo
VIII. Posteriormente fue introducido en los países occidentales: en
Estados Unidos, a principios del siglo XIX y en Francia, España e
Italia, hacia 1870.
Actualmente,
los principales países productores son Japón, China, Estados Unidos,
Brasil, India, Israel y, en Europa, Italia y España. En España se
cultiva en Valencia y Castellón, pero destaca la rentabilidad productiva
de Andalucía (Huelva, Sevilla, Málaga y Granada), dónde se cultiva
principalmente el "caqui-manzana"; una variedad no astringente. La mayor
parte de la producción en España de caquis (astringentes y no
astringentes) se dedica a la exportación a otros países como Francia,
Alemania y Portugal. Las variedades se dividen en función de su
astringencia. Las "astringentes" son las más comunes y necesitan una
adecuada maduración para su consumo (Tomatero, Gordo, Rojo Brillante,
etc.). Las "no astringentes" son las de mayor consumo, entre ellas,
"tipo manzana", Sharon (o Sharoni o Triumph) y Fuyu.
SU MEJOR ÉPOCA
Las
variedades Rojo Brillante y Tomatero se pueden comprar desde finales del
mes de octubre hasta febrero. Los Sharon, desde noviembre hasta marzo.
CARACTERÍSTICAS
presenta unas dimensiones de hasta 7 centímetros de diámetro y un peso de 80 a 250 gramos, en función de la variedad.
la piel es lisa, fina, lustrosa y de color amarillo, anaranjado o púrpura y la pulpa, anaranjada o rojiza.
La pulpa es en algunas variedades gelatinosa (Rojo Brillante y
Tomatero), con una textura semejante a la mermelada. Sin embargo, en
otras es muy consistente y compacta e incluso tan dura como la de una
manzana (Sharon). Su sabor recuerda a una mezcla entre melocotón,
albaricoque y pera, dulce y muy suave.
La astringencia del fruto se debe a la presencia de taninos en la pulpa
que van disminuyendo con la maduración. El envasado se realiza
principalmente de forma manual ya que es un fruto muy frágil.
con forma redondeada, similar a una manzana o a un tomate. CÓMO ELEGIRLO Y CONSERVARLO
El
caqui astringente debe estar bien maduro para su consumo. Se han de
descartar los ejemplares con imperfecciones en la piel. Así mismo
conviene que en la compra conserven el tallo y el casquete. Es mejor
adquirir frutos aún duros, que se pueden conservar refrigerados durante
un período aproximado de tres semanas. Si aún está verde, se lo debe
dejar a temperatura ambiente hasta que se complete su maduración. El
caqui es un fruto muy delicado y difícil de comercializar, excepto la
variedad Sharon, dura y consistente, las demás hay que consumirlas
cuando están blandas y maduras y en poco tiempo, ya que se estropean
enseguida. Si queremos acelerar su maduración, podemos introducirlo en
una bolsa de papel, junto con otras frutas tales como plátanos o
manzanas. El caqui se puede congelar, entero o su pulpa, en cuyo caso se
recomienda añadir zumo de limón para evitar que se altere su color.
PROPIEDADES NUTRITIVAS
Su
composición es distinta en función de la variedad que se trate, pero
todos ellos tienen en común su elevado contenido de agua. Aporta una
cantidad importante de hidratos de carbono (fructosa, glucosa) y escasa
de grasas y proteínas, por lo que su valor calórico es bastante elevado
respecto a otras frutas. En cuanto a su aporte de fibra, contiene
pectina, de tipo soluble, en cantidad moderada. Respecto de su contenido
de vitaminas y minerales, destaca la provitamina A o beta-caroteno, que
le confiere al fruto su color característico, la vitamina C y el
potasio. El beta caroteno se transforma en vitamina A en nuestro
organismo conforme éste lo necesita. La vitamina A es esencial para la
visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y
para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. La vitamina C
interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos
y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a
las infecciones. Ambas vitaminas, cumplen además una función
antioxidante. El potasio, es un mineral necesario para la transmisión y
generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal,
interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. En
menor proporción se encuentran ciertas vitaminas del grupo B (B1, B2, y
B3) y los minerales, calcio, fósforo, hierro y sodio.
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